sábado, 3 de julio de 2010


En ocasiones, sería maravilloso poder retrasar cinco minutos el reloj, manejar el tiempo a nuestro antojo. Un instante especial, repitiéndose constatemente, como un bucle infinito en el que todo vuelve a suceder. Congelar una sonrisa, un abrazo, un simple gesto que te aisle del mundo; en el que solo exista lo que tu quieres que exista.

Creo que si pudiera escoger una habilidad extraordinaria, sería la de hacer mio el tiempo. Puede que se hiciera monótono, pero ahora mismo no me apetece otra cosa que verte siempre sonriente, sería el mayor regalo que jamás podría recibir. Está claro que todo esto no es más que un sueño, pero de sueños vive el hombre, y yo puedo dar gracias por vivir en un sueño eterno. Tu deberías sentirte afortunada por tener la capacidad de hacerme vivir soñando y por conseguir que siempre tenga una sonrisa para ofrecerte. Espero que me enseñes a hacerte sonreir como lo haces tu conmigo, y así nunca tener que parar el tiempo.

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