martes, 11 de agosto de 2009

La soledad del escritor


Una vez más me siento ante mi ordenador sin otro consuelo que el de desembocar mis tristes pensamientos sobre las teclas. No se siquiera si alguien lo leerá, si alguien siente o piensa lo mismo que yo, si estoy dejando caer mis dedos sobre el teclado únicamente para saciar mi ansia de mostrar al mundo un poquito de mí. Quizá el mundo lo ignore, es lo más probable.

Lo cierto es que llevo tanto dentro que mis reflexiones se entrelazan y mis manos no hacen más que titubear. Como una lluvia de estrellas van tecleando frases inconexas, se abarrotan al tener tanto que decir y al mismo tiempo tan poco que escribir. Quizá sea que hay cosas que uno no quiere escribir, probablemente sea que no hay palabras para describir.

Es la soledad del escritor, del que usa las palabras como medio de expresión, del que cada día; cada semana; cada mes se sienta solo ante cualquier cosa que le sirva para impregnar de palabras y reflexiones a quien lo quiera leer.

Hay quienes tenemos la suerte de conocerlo y disfrutarlo.

Lo cierto es que es descaradamente hermoso...

lunes, 20 de julio de 2009

El tiempo de la magia


Si me equivoco quiero que no lo tengas en cuenta. No se si para bien o para mal,
espero que todo siga su curso. No me juzgues por mis actos, mi experiencia aún es corta, prefiero que me juzgues por mis pensamientos y por los tuyos, que bien los conoces. Deseo que dejes a un lado todo lo pasado y lo que esperas que pase, se traza un nuevo camino, infinito, tan largo como esperamos que sea, aunque tu no lo sepas y yo tampoco. Prefiero no pensar en el futuro, deseo vivir el momento, tú también lo deseas, pero el miedo a lo ajeno te hace andar demasiado lento. Dale una oportunidad a la valentía, desata tu miedo, dejemos de racionalizar, porque la razón es una virtud que a veces hay que dejar a un lado para dejar paso a la magia.

viernes, 19 de junio de 2009

Desde el balcón del abismo




Desde el balcón del abismo veo desfilar ante mi un mundo de opciones, ajeno a la respuesta, aunque quizá demasiado presente en ella. El laberinto se abre cada vez más y el camino se va convirtiendo en un imposible, un infinito de posibilidades que nunca terminan de resolverse. Un ritmo frenético para un alma acostumbrada a la pausa, demasiada velocidad para tanta indecisión. Quizá este laberinto solo se pueda resolver con la calma, sin atajos. Quizá solo sea cuestión de escoger la salida correcta, la que nos llevará al final. Puede que haya demasiadas respuestas y ninguna sea la correcta. Puede que tan solo haya dos y no sepas escoger la correcta, la que me librará de esta encerrona de la que no se cómo salir, de la que solo tú me puedes sacar.

Tan solo quiero salir, aunque haya que escapar de la norma o la legalidad.

Espero...

viernes, 5 de junio de 2009

Vacío


Simplemente vacío. Como el vaso de agua que contempla el tiempo sintiéndose cada segundo más deshabitado. Una palabra, una expresión, un gesto, algo que me haga sentir lleno... solo necesito eso. Ante la soledad emocional nada más queda que llenar mi pensamiento de falsos devaneos por la ilusión, deseando que algún día llegue el momento, tan solo un instante en el que me sienta pleno, en el que pueda rozar con la punta de mis dedos el cielo. El instante que se quedará grabado en mi recuerdo, gratificándome por siempre la existencia que ningún bien material pudo llenar de felicidad. Tal vez nunca encuentre el cielo, pero no deseo conformarme con la tierra. En la reafirmación de mis sueños siempre habrá algún hueco para ese momento, pero aunque solo sea en sueños, quiero mi momento.

Quiero verte en mis sueños.

miércoles, 6 de mayo de 2009

La opción correcta


El mundo tiende a marcarnos la opción correcta, o eso creemos. Constantemente nos encontramos ante la obligación de escoger. ¿Cuál es la opción correcta? ¿Debemos seguir lo que nos dice el instinto? ¿Lo que es políticamente correcto?

Yo no quiero poder escoger entre un móvil azul o negro, tampoco entre una coca-cola o una pepsi. Tan solo quiero saber si al estar escogiendo este camino realmente estoy acertando, o si por el contrario el riesgo de desviar mi rumbo me llevaría a conseguir lo que realmente deseo. Cada cual escoge su propio camino, aunque a veces los caminos se cruzan y nos podemos perder encontrando el nuestro de nuevo. Tal vez el destino haga que los caminos permanezcan unidos para siempre, o que después de un largo recorrido juntos, se separen y nunca vuelvan a ser el mismo. Tal vez esos caminos se deban juntar por trazar un recorrido demasiado paralelo. Tal vez nunca se junten. A veces es el ser humano el que por miedo a perder un trayecto, no escoja el que le llevaría a la felicidad.

No se como acabará este viaje, ni si estaré perdiendo el camino por escogerlo demasiado tarde.

De momento me conformo con un tango, un café y una sonrisa.

jueves, 30 de abril de 2009

La cafetera

Escribiendo en servilletas
Que tú tienes mucha jeta
Ahondando en lo profundo
De las mierdas de este mundo

He bebido hasta jurarme
Que hoy no intentaré olvidarte
Arrastrando más problemas
Lamentando tus dilemas

Ya no me quedan vergüenzas
Implorando que te vuelvas
Y recojas los pedazos
Pero tú no harás ni caso

Preparando cafeteras
Para que tomes conmigo
Otro almuerzo distinguido
Disfrutando del domingo

Te has perdido cien domingos