Como se puede comprobar en las listas de ventas en nuestro país no es que vayamos sobrados de cultura musical. También es cierto que el efecto e-mule causa furor entre la música independiente y que los discos que se venden suelen ser para que el archiconocido triunfito los firme en las puertas de los grandes centros comerciales a los que le hacen la campaña de publicidad.
Tenemos grandes artistas en España. Bandas como Madee, Second, Niños Mutantes, Sexy Sadie u Hora Zulú que cosechan éxitos internacionales pero que en España solo venden unos cientos de discos y encuentran muchos problemas para encontrar una discográfica que los apoye y los promocione. Encontramos un ejemplo claro en los murcianos Second, banda ganadora de los GBOB mundiales. Mientras que en España no encontraban apoyos para grabar su disco, en el Reino Unido se coronaban como banda revelación europea. Después de todo aún tuvieron que grabar su disco “Invisible” sin el apoyo de nadie y finalmente tuvo que ser una multi inglesa la que lo editara y distribuyera. Como ellos podemos encontrar muchos ejemplos que nos ilustran el momento musical por el que pasa nuestro país.
Solo tenemos que echar un vistazo a las listas inglesas. Arctic Monkeys, Bloc Party, Norah Jones, Keane… ocupan los puestos más altos de éstas sin embargo aquí lo más vendido es David Bisbal, El Canto del Loco, Alex Ubago y demás ídolos artificiales creados por las grandes empresas del mundillo y con el respaldo de organizaciones como la SGAE (esos defensores de la cultura que nos cobran hasta por grabar las fotos de nuestro último viaje en un cd). Productos de consumo que se dedican a llenar grandes estadios cantando música enlatada compuesta por maniquíes de la industria musical española. Gente que es capaz de venderse hasta puntos insospechados por tener unas cuentas corrientes muy sustanciosas, fama, dinero y lujo; y que cuando su imagen empeora, se hacen mayores y ya no sirven como producto para jovencitas son dejados en el olvido.
Claro que tampoco podemos pedir mucho más de un país en el que cada vez son menos las horas de música impartidas en las escuelas, se apoya desde la televisión pública a programas como Operación Triunfo y se reduce cada vez más la emisión de programas de cultura independiente como pueden ser Los Conciertos de Radio 3 (esa gran emisora que se intentan quitar de en medio una y otra vez).
Gracias a festivales de cultura independiente como el FIB Heineken, Primavera Sound o Viña Rock aún podemos disfrutar un poco de la música y el buen hacer de tantos y tantos artistas que se ven condenados a permanecer en un segundo plano y que no se les permite llegar al gran público.
En cuanto a compromiso político por parte de los artistas tampoco es que nos podamos sentir demasiado orgullosos. Lo pudimos comprobar en las manifestaciones contra la guerra de Irak. Mientras que en EE.UU. o Inglaterra los artistas tan reconocidos como System of a Down, Rage Against the Machine, REM o Bruce Springteen se volcaban en contra de esta guerra aquí pudimos ver escaso apoyo al movimiento anti-guerra. Unos pocos artistas más o menos reconocidos como es el caso de Celtas Cortos, La Cabra Mecánica o Amaral son los que tuvieron valor a expresarse públicamente en contra y a ofrecer actuaciones gratuitas para manifestar su rechazo ante la guerra aún sabiendo que podían perder muchos fans y apoyos dentro de la industria. Luego hay otros que por lo bajo y en medios de difusión minoritarios se declaraban en contra de la guerra, y sin armar mucho ruido. Lo mismo pudimos ver en la campaña para las elecciones estadounidenses. Grandes artistas unidos con el objetivo de llevar sus ideas a cabo y cambiar las cosas, sin importarle que pudieran vender un puñado de discos menos o su público disminuyera. Gente comprometida. Sin embargo al cruzar el atlántico las cosas cambian. Aquí podemos ver como unos se pelean por quién tiene más éxito con los adolescentes y otros convierten a las misiones humanitarias en campañas personales de publicidad.
Nosotros podemos tener “LA CONCIENCIA TRANQUILA” porque por más que intentemos que todo cambie siempre será la Super Pop la revista más vendida y los 40 Principales la emisora más escuchada. Ya se encargarán algunos de que esto siga siendo así.

Artículo publicado en el magazine alternativo "La conciencia tranquila", en 2007